Dicen que los malos periodistas utilizan los adjetivos para poner énfasis a las noticias que dan.
Pedro Piqueras es un buen ejemplo de esa escuela (lo de buen o mal periodista lo dejo para otro momento, pero trabajando en la cadena que trabaja...); hace pocas semanas le contaron los adjetivos que utilizaba en sus crónicas y sumanban más que las preposiciones.
Y la verdad es que no hace falta adjetivar tanto, cuando todo se puede sustantivar. Todo tiene un nombre, hasta lo que todavía no existe.
A veces nos enfrascamos en largas definiciones de una situación, una emoción o una opinión, cuando todo se puede resumir en una o en unas pocas palabras.
Yo oí de un señor que "tenía la costumbre de no cumplir con sus deudas". Yo a eso le llamo MOROSO.
El "poco dado a esforzarse por encontrar trabajo" se llama GANDUL.
El mentiroso es mentiroso sea cual sea la razón por la que miente. Y no se es mucho o poco mentiroso, sólo se puede ser mentiroso por tiempo indefinido o con contrato temporal.
La ZORRA es zorra, sin más definición.
Los celos son celos, y no "obsesión por la posesión".
Una relación es una relación. No existen relaciones abiertas o cerradas. Si no es cerrada no es relación, así que no caben calificativos.
Amar es amar, se ame como se ame.
Así que, con el moroso a los juzgados.
Con el gandul, al hoyo.
Con el mentiroso..., bueno, allá cada cual. Se puede tolerar, olvidar y hasta perdonar.
Con la zorra ni agua.
Con los celos, paciencia y sinceridad.
Con las relaciones, cuidadín.
Con el amor... si lo supiera no lo diría, que acabaría con la poesía y los poetas.
Y con lo demás, menos eufemismos, menos liantismo y más emoción.
03 diciembre 2008
Cuando todo tiene un nombre y no me valen los eufemismos
12 octubre 2008
Jacques Brel
09 octubre 2008
01 octubre 2008
30 septiembre 2008
I'll be watching you
Every breath you take
Every move you make
Every bond you break
Every step you take
I'll be watching you
Every single day
Every word you say
Every game you play
Every night you stay
I'll be watching you
Oh can't you see
You belong to me
How my poor heart aches with every step you take
Every move you make
Every vow you break
Every smile you fake
Every claim you stake
I'll be watching you
Since you've gone
I've been lost without a trace
I dream at night
I can only see your face
I look around but it's you
I can't replace
I feel so cold and I long for your embrace
I keep crying baby, baby please
Every move you make
Every vow you break
Every smile you fake
Every claim you stake
I'll be watching you
Eclipse

Era un día de sol espléndido.
Como niños
28 septiembre 2008
El Rey
Yo sé bien que estoy afuera
Pero el día en que yo me muera
Sé que tendrás que llorar.Llorar y llorar.
Dirás que no me quisiste
Pero vas a estar muy triste
Y así te vas a quedar.
Con dinero y sin dinero hago siempre lo que quiero,
Y mi palabra es la ley,
no tengo trono ni reina
Ni nadie quien me comprenda...
Pero sigo siendo El Rey.
Y yo sigo siendo El Rey, El Rey sigo siendo yo..
Una piedra en el camino
Me enseñó que mi destino
Era rodar y rodarRodar y rodar
Después me dijo un arriero
Que no hay que llegar primero
Sino hay que saber llegar.
Con dinero y sin dinero
hago siempre lo que quiero,
Y mi palabra es la ley
no tengo trono ni reina
ni nadie quien me comprenda
pero sigo siendo El Rey.Y yo sigo siendo El Rey,
El Rey sigo siendo yo...
Luxúria i respecte

M'ha fet gràcia la resposta que va donar quan li van preguntar quin era el secret per a tenir un matrimoni tan durador amb la seva dóna (50 anys!!): "dosis correctes de luxúria i respecte".
Genial!! És la resposta correcta. És la manera correcta.
Hi pensaré.
PD: Veient la foto desmenteixo les informacions de que som germans!!
26 septiembre 2008
L'observatori
El sentit de la responsabilitat
M'ho va ensenyar el meu pare. Ell no ho sap, perquè no ho va fer amb paraules ni discursos grandiloqüents. Ho va fer amb les seves actuacions, la seva forma de veure la vida.
Ho va fer durant la transició, quan jo era petit i em deia que anava a prendre mides a un senyor per fer-li un vestit (el meu pare era sastre) i jo em mosquejava perquè cada dia a la mateixa hora i mig en secret anar a prendre mides... Ara ja sé que anava a reunions subversives de l'UGT i del Partit.
Ho va fer quan el Cesc Baltasar no se'n sortia amb la Generalitat per aconseguir dotacions per a les escoles de Sant Feliu i va posar en peu de guerra les AMPAS de Sant Feliu, malgrat les seves diferències amb el Cesc. Deia que la seva obligació no era fer fora el Cesc, per molt que volgués, sinó que el meu germà i jo tinguéssim una pista de futbol on jugar a l'hora de l'esbarjo.
Ho va fer quan va assumir responsabilitats al PSC. Eren moments difícils, de convulsió interna, baralles, expulsions, denúncies... Però el seu sentit de la responsabilitat el va fer posar-se al front d'un grup de gent amb voluntat de treballar. I no va parar fins que va veure un alcalde socialista a la seva ciutat.
Ho va fer essent regidor. Quasi sense estudis, amb una formació treta de la vida quotidiana, de l'observació, de les lectures històriques i de la seva sempre senzilla però acurada anàlisi del seu voltant, es va presentar (de número 2!!). I les coses van començar a anar d'una manera diferent.
Ho va fer retirant-se a temps. Que vinguin altres. Però sobre tot el seu sentit de la responsabilitat es va palesar quan va seguir currant com a militant de base, amb poques forces però amb coratge i ganes. Com en temps de la transició.
Avui reflexiono sobre això perquè toca. Perquè per fer gran una empresa, una família, un país o simplement una relació cal sentit de la responsabilitat.
Només així podrem ser grans. Només així podrem ser més grans.
Avui toca sentit de la responsabilitat.
Kindred
25 septiembre 2008
El casarse pronto y mal
En este miserable estado pasan tres años, y ya tres hijos más rollizos que sus padres alborotan la casa con sus juegos infantiles. Ya el himeneo y las privaciones han roto la venda que ofuscaba la vista de los infelices: aquella amabilidad de Elena es coquetería a los ojos de su esposo; su noble orgullo, insufrible altanería; su garrulidad divertida y graciosa, locuacidad insolente y cáustica; sus ojos brillantes se han marchitado, sus encantos están ajados, su talle perdió sus esbeltas formas, y ahora conoce que sus pies son grandes y sus manos feas; ninguna amabilidad, pues, para ella, ninguna consideración. Augusto no es a los ojos de su esposa aquel hombre amable y seductor, flexible y condescendiente; es un holgazán, un hombre sin ninguna habilidad, sin talento alguno, celoso y soberbio, déspota y no marido... en fin, ¡cuánto más vale el amigo generoso de su esposo, que les presta dinero y les promete aun protección! ¡Qué movimiento en él! ¡Qué actividad! ¡Qué heroísmo! ¡Qué amabilidad! ¡Qué adivinar los pensamientos y prevenir los deseos! ¡Qué no permitir que ella trabaje en labores groseras! ¡Qué asiduidad y qué delicadeza en acompañarla los días enteros que Augusto la deja sola! ¡Qué interés, en fin, el que se toma cuando le descubre, por su bien, que su marido se distrae con otra...!
¡Oh poder de la calumnia y de la miseria! Aquella mujer que, si hubiera escogido un compañero que la hubiera podido sostener, hubiera sido acaso una Lucrecia, sucumbe por fin a la seducción y a la falaz esperanza de mejor suerte.
Una noche vuelve mi sobrino a su casa; sus hijos están solos.
-¿Y mi mujer? ¿Y sus ropas?
Corre a casa de su amigo. ¿No está en Madrid? ¡Cielos! ¡Qué rayo de luz! ¿Será posible? Vuela a la policía, se informa. Una joven de tales y tales señas con un supuesto hermano han salido en la diligencia para Cádiz. Reúne mi sobrino sus pocos muebles, los vende, toma un asiento en el primer carruaje y hétele persiguiendo a los fugitivos. Pero le llevan mucha ventaja y no es posible alcanzarlos hasta el mismo Cádiz. Llega: son las diez de la noche, corre a la fonda que le indican, pregunta, sube precipitadamente la escalera, le señalan un cuarto cerrado por dentro; llama; la voz que le responde le es harto conocida y resuena en su corazón; redobla los golpes; una persona desnuda levanta el pestillo. Augusto ya no es un hombre, es un rayo que cae en la habitación; un chillido agudo le convence de que le han conocido; asesta una pistola, de dos que trae, al seno de su amigo, y el seductor cae revolcándose en su sangre; persigue a su miserable esposa, pero una ventana inmediata se abre y la adúltera, poseída del terror y de la culpa, se arroja, sin reflexionar, de una altura de más de sesenta varas. El grito de la agonía le anuncia su última desgracia y la venganza más completa; sale precipitado del teatro del crimen, y encerrándose, antes de que le sorprendan, en su habitación, coge aceleradamente la pluma y apenas tiene tiempo para dictar a su madre la carta siguiente:
Madre mía: Dentro de media hora no existiré; cuidad de mis hijos, y si queréis hacerlos verdaderamente despreocupados, empezad por instruirlos... Que aprendan en el ejemplo de su padre a respetar lo que es peligroso despreciar sin tener antes más sabiduría. Si no les podéis dar otra cosa mejor, no les quitéis una religión consoladora. Que aprendan a domar sus pasiones y a respetar a aquellos a quienes lo deben todo. Perdonadme mis faltas: harto castigado estoy con mi deshonra y mi crimen; harto cara pago mi falsa preocupación. Perdonadme las lágrimas que os hago derramar. Adiós para siempre.
Acabada esta carta, se oyó otra detonación que resonó en toda la fonda, y la catástrofe que le sucedió me privó para siempre de un sobrino, que, con el más bello corazón, se ha hecho desgraciado a sí y a cuantos le rodean.
No hace dos horas que mi desgraciada hermana, después de haber leído aquella carta, y llamándome para mostrármela, postrada en su lecho, y entregada al más funesto delirio, ha sido desahuciada por los médicos.
«Hijo... despreocupación... boda... religión... infeliz...», son las palabras que vagan errantes sobre sus labios moribundos. Y esta funesta impresión, que domina en mis sentidos tristemente, me ha impedido dar hoy a mis lectores otros artículos más joviales que para mejor ocasión les tengo reservados.
El Pobrecito Hablador, n.º 7, 30 de noviembre de 1832
24 septiembre 2008
Las Palabras
El hombre, por el contrario, el hombre habla y escucha, el hombre cree, y no así como quiera, sino que cree todo. ¡Qué índole! El hombre cree en la mujer, cree en la opinión, cree en la felicidad... ¡Qué sé yo lo que cree el hombre! Hasta en la verdad cree. Dígale usted que tiene talento. «¡Cierto!», exclama en su interior. Dígale usted que es el primer ser del universo. «Seguro», contesta. Dígale usted que le quiere. «Gracias», responde de buena fe. ¿Quiere usted llevarle a la muerte? Trueque usted la palabra y dígale: «Te llevo a la gloria»; irá. ¿Quiere usted mandarle? Dígale usted sencillamente: «Yo debo mandarte». «Es indudable», contestará.
He aquí todo el arte de manejar a los hombres. ¿Y es malo el hombre? ¿Qué manada de lobos se contenta con un manifiesto? Carne pedirán, y no palabras. «El hambre, oh lobos –decidles–, se ha acabado: ahogado el monstruo para siempre...» «¡Mentira –gritarán los lobos–: ¡al redil, al redil!, el hambre se quita con cordero...» «La hidra de la discordia, oh ciudadanos –dice por el contrario un periódico a los hombres–, yace derribada con mano fuerte: el orden, de hoy más, será la base del edificio social; ya asoma la aurora de justicia por qué sé yo qué horizonte; el iris de paz (que no significa paz) luce después de la tormenta (que no se ha acabado); de hoy más la legalidad (que es la cuadratura del círculo) será el fundamento del procomún...», etc., etc. ¿Ha dicho usted «hidra de la discordia», «justicia», «procomún», «horizonte», «iris» y «legalidad»? Ved enseguida a los pueblos palmotear, hacer versos, levantar arcos, poner inscripciones. ¡Maravilloso don de la palabra! ¡Fácil felicidad! Después de un breve diccionario de palabras de época, tómese usted el tiempo que quiera: con sólo decir «mañana» de cuando en cuando y echarles palabras todos los días, como echaba Eneas la torta al Cancerbero, duerma usted tranquilo sobre sus laureles.
Tal es la historia de todos los pueblos, tal la historia del hombre... Palabras todo, ruido, confusión: positivo, nada. ¡Bienaventurados los que no hablan, porque ellos se entienden!
Revista Española, n.º 209, 8 de mayo de 1834. Firmado: Fígaro. (M.J. Larra)
22 septiembre 2008
Ulls
Es lo que tiene
20 septiembre 2008
Dolents
Volien fer-me pupa, però no hi era. Només hi ha hagut danys materials.
Si ho haguéssin aconseguit segurament no podria escriure ara mateix aquest post. I estaria encara plorant de la ràbia.
He hagut de dormir fora de casa, perquè els dolents no m'han deixat entrar aquesta nit.
El millor de tot és que he comprovat, un cop més, que tinc gent que m'estima.
Tinc qui m'ha escoltat i m'ha tranquil·litzat, des de la distància i la proximitat. La seva veu serena, la seva capacitat per a pensar em van ajudar en els primers moments de nervis. Sé que si hagués pogut hagués vingut de seguida per abraçar-me.
Tinc qui va posar el seu sofà a la meva disposició per a dormir, si calia.
Tinc qui ha deixat la feina per venir a reparar els danys i donar-me consells pràctics.
Tinc qui m'ha fet el dinar, m'ha vetllat la migdiada i m'ha cuidat la casa mentre jo no hi era. Gràcies, mami.
I tinc qui em va fer passar una nit encantadora, fent-me oblidar que els dolents havien vingut.
Ara tinc son, tinc nervis i estic cansat. I estic emprenyat perquè encara haig de donar gràcies a que els dolents van fer-me poc mal. Els dolents són dolents.
Però sobre tot tinc la gent que m'estima i que a la crida de socors es pregunten si estaré bé.
Us estimo.
16 septiembre 2008
La voz
28 agosto 2008
COMO UN SUSURRO

27 agosto 2008
Dedicado
Algo que debí escribir y nunca hice, porque pensaba que no debía y resulta que sí quería.
Algo que no hace falta que escriba porque ya se sabe lo que voy a decir.
Palabras que no hace falta leer porque ya se han oído.
Palabras que no se necesita escuchar para saber que significan.
Palabras que no hace falta tocar porque ya se sabe que tacto tienen.
Palabras que no es necesario oler, porque su perfume es eterno.
Palabras que ya me comí, y cuyo amargor aún perdura.
Palabras que suenan mejor en Serrat, pero que suenan como suenan, huelen como huelen y saben como saben.
Post data...
16 agosto 2008
A Egipto!!

Hacía tiempo que deseaba hacer ese viaje y, mira por donde, en pocos días me veo allí.
No quiero llenar este bloc con todas las aventuras, así que os remito al bloc que hemos creado para la ocasión. No sé si podremos actualizarlo cada día (dependerá de las posibilidades de conexión), pero al menos al regreso habrá algo colgado.
Os espero en Liantes en Egipto (pincha para enlazar).
21 julio 2008
PDL

Tenía pensando escribir sobre mis 40 años (¡joder! ya los cumplí), sobre mis andanzas con “El clan de los mentirosos”, sobre mis vacaciones o sobre el concierto de Police (vaya bodrio, madre mía). Pero al encender el ordenador siempre encontraba alguna otra cosa que hacer más perentoria o menos cansada.
Hoy no es que sea ningún día especial, pero ha llegado a mis manos un relato, del que me ha gustado en especial un trozo. No es nada extraordinario, pero mira... Así que he pensado que una buena de retomar el blog de manera poco cansada podría ser transcribiendo lo que otro ha escrito.
Prometo intentar no perder el ritmo y volver a plasmar aquí mis pensamientos, conjeturas y paridas vitales.
Hala, me voy a ver CSI.
Aquella mañana se levantó cansado. No había dormido bien y el crujir de sus huesos le recordó que el tiempo pasaba sin perdón. Había pasado mucho tiempo desde que vivía, sólo, en aquella casa de cristal.
Se miró en el espejo, sucio, y vio un rostro triste, con el pelo largo y despeinado. Se apoyó sobre el mármol, también sucio, como estaba el resto de la casa desde aquel día en que la alegría había huido de su existencia. Sopló y decidió lavarse la cara. Al menos que los insectos que ya le hacían compañía no abandonaran sus plácidas guaridas y se le engancharan en los restos de las lágrimas derramadas.
Hizo, como cada mañana desde hacía tiempo, dos tazas de café. Se tomó una y dejó enfriar la otra. Había cogido la costumbre de combinar un café caliente con otro frío.
Se vistió con lo primero que encontró y rebuscó entre los cajones de la mesa un trozo de papel y un lápiz.
Ella le había enseñado a leer y a escribir. Sonrió al pensar que no sólo le había iniciado en el placer de la lectura y en la grafía, sino también a leer en los ojos de las personas, en sus gestos y en sus silencios. Por eso supo que los silencios que le llegaron desde que ella se fue tenían un significado que sólo él sabía comprender.
Empezó a escribir, como tantas otras veces, una carta de amor. Otra carta que sabía nunca llegaría a destino.
Le repitió cuánto la echaba de menos, le pedía perdón sin saber bien porqué, le rogaba que le pidiera que le abrazara, que pusiera sus manos sobre sus senos, que le dijera que le quería.
Le contaba lo que había soñado, siempre con ella en el centro de su delirio onírico, preguntándole si ella también soñaba con él.
Como siempre que escribía, el lápiz se le escapó de entre los dedos y una lágrima diluyó el carboncillo del trazo grueso marcado sobre el papel.
Y como siempre que escribía, rompió en mil pedazos la carta y suspiró renegando de su mala suerte.
Cogió una botella de Johny Fish de las decenas que apilaba junto a la basura desde que la desesperación le llevó a ahogar sus penas en alcohol. Puso en ella otro trozo de papel escrito y abrió el ventanal.
Las primeras olas del día rompían contra las rocas, a poco de la casa. Se zambulló en las aguas frías y nadó. Cuando ya apenas divisaba la silueta de lo que quiso que fuese su nido de amor eterno abrió la mano y dejó que la botella se alejara siguiendo el curso de la corriente del mar.
Otra botella más. Otro mensaje más. Un papel sencillo, como él, con sólo dos palabras escritas: “TE QUIERO”.
02 marzo 2008
Mi niña
Una niña que crece feliz porque sus papás tienen trabajo, una vivienda digna y ella una educación también digna.
Una niña que puede ir al médico gratis, igual que su amiga que vive en un pequeño pueblo del occidente español. También es feliz, a pesar de que sus padres decidieron que fuera a una escuela pública, donde el dinero no hace diferentes a los niños, y donde todos tienen las mismas oportunidades, con independencia del color de la VISA de su padre, del color de su piel o de la fe que profesan.
Yo quiero que mi hija crezca en un país en el que no se siembre la discordia y en el que la lengua que hablas no te haga parecer raro.
Yo quiero que mi hija vaya a la Universidad y que tenga acceso a una beca. Quiero que si puede, pueda.
Quiero que si trabaja de funcionaria no le congelen el sueldo y que si gana mucho dinero, pague muchos impuestos. Y que si gana poco, tenga derecho a una vivienda digna.
Quiero que viva en un país donde ser mujer no sea un impedimento para crecer, un país donde se luche por romper las barreras de la discriminación y la violencia. Donde ser mujer no sea un peligro para su integridad.
Quiero que si se enamora de una camarera nacida en otra parte del mundo, con otro color de piel y con otro acento, no sienta vergüenza porque unos politicastros de mierda piensan que su amada no sabe hacer bien el café.
Y quiero que si se quiere casar, pueda. Y si no se quiere casar, también pueda.
Quiero que si su tiene o adopta un hijo con alguna malformación, la ciencia estudie como sanarle, sin que la hipócrita moral de los obispos se lo impida. Y que si quiere abortar, lo haga.
Pero quiero que viva tranquila porque si a su padre le hace falta ayuda cuando sea mayor, la tendrá, y no dependerá exclusivamente de ella. Que cuando se jubile o se quede viuda, tenga una pensión más que digna.
Yo no quiero que a mi hija le enseñen la palabra de Dios en la escuela, porque esa palabra la tiene que sentir dentro de ella. No quiero que viva en un lugar donde los curas mandan en el Gobierno.
Yo no quiero que mi hija viva en un país que fomente la guerra y no busque la paz.
Yo no quiero que mi hija viva en el país de las mentiras.
Mi hija todavía no puede decidir el destino colectivo de su país. Pero yo si puedo.
Y yo puedo evitar que vuelvan los tiempos de la guerra, de la mentira institucional, del enfrentamiento, del odio, de la discriminación, de la xenofobia política, de la brecha social, de la universidad de élite, de la sumisión al poder americano.
Yo puedo hacer que sigamos avanzando.
Por eso yo, el día 9 iré. No quiero que ellos vuelvan.