30 septiembre 2008

I'll be watching you


Every breath you take
Every move you make
Every bond you break
Every step you take
I'll be watching you

Every single day
Every word you say
Every game you play
Every night you stay
I'll be watching you

Oh can't you see
You belong to me
How my poor heart aches with every step you take
Every move you make
Every vow you break
Every smile you fake
Every claim you stake
I'll be watching you

Since you've gone
I've been lost without a trace
I dream at night
I can only see your face
I look around but it's you
I can't replace
I feel so cold and I long for your embrace
I keep crying baby, baby please

Every move you make
Every vow you break
Every smile you fake
Every claim you stake
I'll be watching you

Eclipse



Era un día de sol espléndido.

Aunque nunca tuvo buen oído, aquellos días era capaz de percibir el rumor del agua y el rítmico cantar de los pájaros.

El sol, del que tanto huyó durante años le bañaba el rostro cada día y le hacía sentir bien, le rejuvenecía la piel y le llenaba de energía para acometer todos sus proyectos y enfrentarse a sus infinitos e interminables problemas.

Aquellas semanas había dejado de leer la prensa y de ver las noticias, y se había concentrado en disfrutar de esos pequeños placeres que la vida le había traído. Se conformaba con oir, tocar, ver...

Y reir. Reía mucho.


Por eso, por no prestar atencon a las noticias, no supo que aquella tarde habría un eclipse de sol.

Ra se fue escondiendo poco a poco, hasta dejar la ciudad a oscuras. Los pájaros parecían haber dejado de cantar. Quizás pensaban que era de noche.

Agudizó el oído, y entendió que los pájaros seguían cantando, pero que ya no le cantaban a sus oídos. Entendió que las canciones eran las mismas, pero el público era otro. Porque en algún lugar el sol seguía estando ahí.


Se sentó a esperar que volviera a salir el sol, pero las tinieblas se hacían eternas.

Se acurrucó para soñar, pero el miedo a la oscuridad podía más, y seguía oyendo el cantar de los pájaros, a lo lejos.

Decidió levantarse y salir a buscar el sol. Preguntó aquí y allá y todo el mundo le daba la misma respuesta: "siempre sale el sol".


Pasaron muchos días y el sol no le iluminaba el despertar.

Supo entonces que nunca lo encontraría mientras buscara el mismo sol que tenía.

Ese se había escondido.

Supo que no volvería a oir los pájaros mientras quisiera oir el mismo canto. Aquel canto tenía otro público.

Pero cuando al girar una esquina veía un rayo de luz y corria a abrazarlo, la noche le envolvía de nuevo. El sol se escondía.


Tenía que aprender a olvidar el sol que le enrojecía por la mañana, a olvidar el canto que le tranquilizaba por la noche. Tenia que aprender a reconfortarse con los rayos de luz de le acariciaban algunos atardeceres y buscar en el corazón de los pájaros lo que le querían decir.


La última vez que le vi estaba volviendo a recobrar el color moreno en su piel, pero las señales de la noche seguían en su rostro. Aún iba al parque a escuchar a los pájaros, y volvía llorando sabiendo a quien cantaban.


Pero volviendo a salir a abrazar a sus rayos de luz.

Como niños

No hay nada como tomarse unas cervezas, unos chupitos y un par de cubatas un lunes por la noche para acabar así:



Bendita Wii.


Vaig a dormir, que demà tindré resaca.