22 febrero 2007

Happy Birthay, Oldfather!


¡Hola viejo! ¿Dónde andas metido?

Esta mañana, al levantarme (ya sabes lo mucho que me cuesta hacerlo) he tenido la impresión de que hoy era un día especial. ¡Claro! Hoy hace dos años que me dijiste adiós. Bueno no dijiste nada, te llevaste tus pensamientos y tus sufrimientos, en silencio, como es normal en ti. Todo para no hacernos sufrir. ¡Ay, madre!

Y en todo este tiempo tampoco has dicho nada. Estás ahí, en la pantalla de mi ordenador, en primer plano, sonriente, con tu nieto en brazos, pero no articulas palabra. Sí, ya sé que a veces no hace falta, que el brillo de tus ojos ya dicen suficiente, como me lo dijeron aquel día en que vi como los cerrabas un poco, luego para siempre. Pero es que me gustaría tanto oir tu voz. No quiero olvidarla, como no quiero olvidar nada, absolutamente nada de lo que hemos vivido, compartido, discutido, sentido y callado, a veces sin palabras, con sólo una mirada, con sólo una sonrisa.
Creo que sólo te dije una vez que te quería y no sabes como me duele no haberlo hecho más. Fue aquel día en que me pediste perdón, el día en que descubrí que mi padre era humano, que también se equivocaba, que también discutía y se enfadaba con su pareja, que también tenía problemas y no siempre se sabía controlar. Sólo fue una vez, pero me sirvió para toda la vida, y me servirá para ser mejor, no lo dudes.

¡Pero fueron tantas las veces que me dijiste lo que me querías con esos ojitos que nunca volveré a ver brillar! Tú también sabes lo mucho que te quiero, ¿verdad?

Supongo que ya sabes lo de la Plaza Falguera y todo eso. ¡Jolín! Juan Antonio nos hizo una jugada el día de su elección como candidato, al recordarnos quien le puso tanto ahínco a la remodelación de la plaza. Ah, claro, que no te lo he explicado: lo hemos vuelto a elegir, faltaría más. Aquel día sólo faltabas tú para defender su candidatura diciendo aquello de “lo conozco desde que era así”, “como si fuera mi hijo…” (je, je, ¿recuerdas que te dije que si era como tu hijo, yo ya tenía otro sobrino?).

Por cierto, ayer me dijo una amiga que le enviciaban los pinchos y le prometí que este octubre se comería los mejores que se pueden hacer. Pero no conté con que a lo mejor no estás, así que recuérdame que hablemos del tema antes de la Festes de Tardor y ya veré como lo hago.

Hace tanto que no nos vemos que se me acumulan las noticias. Intentaré ir a verte al chiringuito ese en el que te metimos y en el que sé que ya no estás (pero como no tengo más señas…), y te sigo contando las anécdotas del Comité de Campaña (hay cosas que no cambian, padre), como están los niños, com está mamá y todo eso.
Y tú, mira de escribir o envía un SMS. Necesito saber de ti, y que me des unos cuantos consejos (es que cuando te explique…).

¡Ah! Que no se me olvide: FELIZ CUMPLEAÑOS (¡¡ya son 64!!)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo siempre que entro en la agrupación pienso que lo voy a ver, con su cigarro, esperando a los demás para empezar la ejecutiva. Todos lo echamos mucho de menos.

Anónimo dijo...

un beso, Juanjo