24 noviembre 2010

A ti te lo digo



A ti, que nunca lo entenderás, te escribo esto.

Tú, que nunca sabrás apreciar el olor de su piel sedosa.

A ti, que no eres capaz de oler sus sentimientos, de notar su calor.

A ti, que te crees tan listo y eres tan torpe. Que te crees grande pero tienes el cerebro pequeño.

Tú, que no lo entenderás si lo escribo en poesía.

A tí, que no sabes lo que es la alegría.

Sí, a ti te lo digo.


Te perdiste su pasión, sus ojos húmedos de emoción y sus susurros. Lo cambiaste por su miedo, su llanto de miedo y sus gemidos suplicando tu piedad.


A ti, que prefieres sus temblores de pavor a sus gritos de placer.


A ti, que utilizas tus puños de Mazinger en lugar de acariciar los pechos de Afrodita.


A ti te lo digo. A ti, mierdecita.


A ti que te crees un machote y no eres más que basura.


Tú, que te impones con la voz y si pierdes, con la coz.


A ti te lo digo.


A ti te lo decimos.


Cada vez que le levantes la mano, o bajes el puño, o le grites, o le empujes o simplemente le insultes piensa que millones de hombres te estaremos diciendo "eres un mierda".

Un mierda sin agallas.


Cada vez que lo hagas te diremos "házmelo a mi si tienes cojones", pero no te atreverás.

Cada vez que lo pienses te gritaremos "no eres un hombre, eres un gusano".


Irás al juez y lo negarás, mientras a ella se le cierra la nuez ante tu mirada asesina o tu mirada de cachorro degollado implorando su perdón. Y ella quizás lo haga. Ella quizás te tema. Pero los hombres que sí amamos a las mujeres no te perdonamos, no te tenemos, simplemente te despreciamos.

No eres de los nuestros. Tú no las aprecias, no las amas, no las entiendes, no las deseas.


Así que no nos mires a la cara. Cuando nos veas baja la mirada y con las orejas gachas escucha los millones de voces de hombres (sí, hombres, no eso que tú eres) diciéndote: MUÉRETE.

A ti te lo digo. Pero no lo entenderás. No eres de este mundo.

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